Releo esta noche, David Trueba "Abierto toda la noche":
"Empezaba a hacerse tarde y Gaspar, que estaba dispuesto a esperar toda su vida por ver de nuevo a Violeta, fue consciente de que debía irse. Corrió hasta el autobús y se sentó al fondo. Iniciaron la marcha. Apoyada la cabeza en la ventanilla, vislumbró a Violeta en la distancia, caminando calle abajo. Era ella, no había duda. Su pelo rizado y sus piernas largas bajo la falda negra. Se estaba besando con un tipo mayor que ella, con melena oscura y rostro curtido, con unos vaqueros gastados y una camisa gris. Los vio alejarse. Ella con su brazo en la cintura de él. Él con el suyo en los hombros de ella. Se besaban a cada paso acompañados por el baile del vuelo de la falda de Violeta. Gaspar dejó que el autobús lo arrastrara lejos de allí.
Tenía ganas de llorar, pero no podía. Estaba demasiado nervioso. Al llegar al centro de Madrid, descendió y caminó entre gente, más solo que nunca. Había prometido a su madre ir a ver a la abuela, pero no tenía ganas de ver a nadie. Quería morirse. Odiaba al mundo. Pero amaba a Violeta. Pese a su traición, pese al adiós definitivo, nunca podría olvidarla.
Subió pesadamente las escaleras, una a una, él que gustaba de subir de tres en tres, como si ahora cada escalón fuera un mazazo en las rodillas. Al llegar ante la puerta le saludó el relieve de "Dios guarde esta casa" con una ironía que se le escapaba. Llamó al timbre. Tuvo que esperar un instante. Lo mejor sería irse, no tenía nada que hacer allí. Dudaba incluso que el dolor le permitiera hablar.
Sara abrió la puerta. El cabizbajo Gaspar levantó con parsimonia la cabeza. Le pesaba el plomo de la derrota sobre el cuello, el fin de Violeta. La joven le miraba con curiosidad, no se conocían.
- Soy Gaspar -acertó a decir.
- Yo soy Sara, pasa. Vienes a ver a tu abuela, ¿verdad?
Gaspar asintió vagamente, aunque no había escuchado la pregunta. El rostro de Sara, ¿de dónde salía aquella chica?, permanecía ante él como una visión y en aquel momento ya no existía nada más en el mundo.
Dios mío, pensó, es maravillosa."
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